Reciclados y Demoliciones San Juan ha dado por terminados los trabajos de demolición de una nave que servía como almacén de materias primas de la Sociedad Cooperativa Ganadera de Caspe, así como un silo de cereal en desuso de 28 metros de altura y 2.850 toneladas de capacidad. Las máquinas empleadas en las obras fueron una Liebherr del modelo 954 y dos del modelo 944, además de plataformas elevadoras de personal, una pala cargadora y una machacadora.

Las actuaciones, en el primer caso, consistieron en la demolición parcial de una nave, incluyendo el levantamiento de la solera, de hormigón, y la extracción de cimentaciones. La construcción presentaba una cubierta a dos aguas formada por chapa metálica y soportada por correas de hormigón prefabricado, que a su vez se sostenían sobre pórticos de pilares y vigas prefabricadas de hormigón. El cerramiento de las fachadas de la nave estaba compuesto por un muro hormigón armado. La altura de las fachadas era de 9,2 metros y la altura a cumbrera, de 13 metros.

Durante la obra, los especialistas de San Juan tuvieron  que enfrentarse a algunas dificultades. Por un lado, la fachada sur de la nave tenía instalaciones en servicio que permanecen, por lo que esa fachada no se demolió junto al resto. En el lateral sur, en cota inferior, se encuentra un vial de la cooperativa con una gasolinera que había que mantener, mientras que, en la cota superior, hubo que demoler la fachada a mano, extremando las precauciones tanto durante el derribo como durante la retirada de la chapa de cubierta y deltas estructurales, para que no cayeran cascotes al vial ni a la gasolinera y que no se vieran afectadas las instalaciones colocadas sobre dicha fachada.

Respecto a la demolición del silo, los trabajos supusieron el derribo de todos los edificios situados en la parcela de la carretera de Maella, 99, de Caspe, con una superficie de 4.165 m2. Se trataba, fundamentalmente, del silo (construido en 1967 y perteneciente a la Red Nacional de Silos), un almacén anexo y una pequeña caseta de la báscula. Estas edificaciones ya no pueden ser reutilizadas ni rehabilitadas por la propiedad para el fin para el que fueron construidas, ya que este tipo de almacenamiento de cereal quedó totalmente obsoleto hace décadas. Además, su estructura se encontraba en mal estado, con los muros de contención de las celdas reventados en las partes inferiores por las presiones y por la humedad del terreno. El objetivo de los trabajos, por tanto, era demoler el edificio para que la empresa propietaria pueda disponer de la parcela industrial y desarrollar nuevos usos, que serían inviables en el caso de mantener estas edificaciones.

La forma en planta del edificio era rectangular, con 306,94 m2 construidos. Estaba formado por  una estructura de hormigón a base de pilares, vigas y losas intermedias que se arriostraban con muros de carga de ladrillo cerámico armado. Tenía, además, una torre elevador, de 27,84 metros de altura total desde el suelo, que alojaba la maquinaria necesaria en su día para elevar el grano desde el foso inferior de descarga. La galería superior distribuía el grano hasta la celda deseada, formando un pasillo ancho sobre las celdas centrales con unas pequeñas mansardas laterales para el acceso a las filas de celdas laterales, mientras que la galería inferior horizontal estaba destinada a la recepción del grano procedente de las celdas para su reexpedición a granel o ensacado.

El segundo edificio objeto de demolición era un almacén anejo al silo, formado por un cuerpo principal (de 221,84 m2 construidos y 3,80 metros de altura de cornisa) y dos pequeños (de 17 m2 y altura de 2,24 metros cada uno) que se utilizaba para realizar tareas de selección de cereal, ensacado y guarda de maquinaria.

Finamente, la tercera edificación era una pequeña caseta de control de la antigua báscula aneja, de 9,76 metros cuadrados y 2,80 metros de altura de cornisa, con paredes de carga de ladrillo, cubierta de vigas de hormigón con machihembrado cerámico como entrevigado y teja cerámica como cobertura.