Una de las premisas más importantes para realizar un desmontaje de fibrocemento, es que esta operación sea realizada por profesionales acreditados por la RERA (Registro de Empresas con Riesgo de Amianto).

Esta medida de seguridad se toma debido al hecho de que uno de los componentes del fibrocemento es el amianto, un material muy peligroso y altamente contaminante, el cual debe ser tratado con sumo cuidado, por lo que dicha labor tiene que ser llevada a cabo de una forma profesional y muy elaborada.

En primer lugar, las empresas que se hayan inscrito para este tipo de trabajos (desmontajes de fibrocemento), deberán presentar un informe (plan de trabajo), al organismo autónomo pertinente, al cual se le debe dar el nombre de “desmontaje de fibrocemento”, seguido de la Comunidad Autónoma en la cual se pretende llevar a cabo el desmontaje.

Una vez aprobado y adjudicado el proyecto a la empresa, ésta deberá llevar a cabo la extracción del fibrocemento, llevándose a cabo dicha labor por los mejores profesionales del ramo, los cuales, como hemos apuntado antes, deberán estar debidamente acreditados para dicho trabajo. De esta manera, se garantiza al máximo que se van a evitar posibles daños personales o ambientales durante la extracción del amianto.

Antes de comenzar los distintos procesos, los técnicos que realizarán el desmontaje del fibrocemento deberán protegerse con la ropa y atuendos adecuados,  especialmente diseñados para realizar esta función.

 

Durante el trabajo, se producirán las siguientes acciones:

Desmontaje: Trabajo que se puede producir de manera manual o con maquinarias especiales para dicha labor. Incluso puede ser también de manera mixta.

Transporte: El transporte de los restos del desmontaje del fibrocemento también deberá ser realizado por profesionales y camiones diseñados de manera especial para esta labor.

Destrucción: Los camiones transportarán los residuos de amianto a naves especiales en las cuales se procederá a la destrucción del mismo, sin que el medio ambiente sufra daño ninguno.

 

Una vez finalizado el trabajo y llevada a cabo la destrucción de amianto, la empresa deberá presentar un informe que certifique que el material en cuestión ha sido debidamente destruido.