En la actualidad, la conservación del medio ambiente se ha convertido en una de las máximas a tener en cuenta y en un punto álgido que día a día respetan más las empresas y los ciudadanos.

Una de las labores fundamentales para llevar a cabo la conservación del medio ambiente es a través del reciclaje, ya que gracias a este proceso se reduce el gasto de energía y se disminuye el consumo de materias primas.

Uno de los materiales que cada vez está siendo más reciclado es la chatarra, la cual debe ser tratada por personal especialmente formado y capacitado para esta labor.

El reciclaje de chatarra supone una actividad laboriosa en la que se distinguen diferentes etapas:

En primer lugar se lleva a cabo la entrada del material, es decir, la entrada de la chatarra en la planta de reciclaje, donde antes que nada se lleva a cabo el peso del material recogido.

Posteriormente se procede a la descarga de la chatarra. En este punto hay que decir que la mayoría de las máquinas que transportan este tipo de material disponen de basculante, con lo cual no hace falta ninguna máquina adicional; pero en cambio, los que no disponen de basculante hace necesario el uso de máquinas con imanes, etc.

El tercer paso es la inspección ocular de la chatarra descargada, para establecer su precio adecuado con respecto a la valoración que se haga de la misma.

Una vez hecho esto se lleva a cabo la clasificación del material bien sean férricos, no férricos o mixtos.

Por último, la chatarra una vez clasificada es amontonada en pilas y se procede a la salida de ésta hasta las piezas de fundición, donde serán tratadas y recicladas para nuevo uso.