Todos sabemos que la crisis ha afectado de manera considerable muchos ámbitos de nuestra economía, pero sin lugar a duda, es la crisis del ladrillo la que de forma más negativa ha afectado a las chatarrerías en Barcelona y en todas las provincias en general. Esto se debe a que muchas obras se han visto paralizadas debido al estallido de la burbuja inmobiliaria, desembocando así en una disminución de la chatarra proveniente de los restos del sector de la construcción.

Sin embargo, son muchas las empresas que han podido sobrevivir y sobreponerse, no sin dificultades, a este contratiempo que parece poco a poco resolverse y que deja entrever una luz de esperanza. Además, estas empresas son conscientes del gran volumen de residuos metálicos que son capaces de adquirir, como son chatarras generadas en desguaces, maquinaria diversa, cableado, vehículos de transporte en desuso, así como trenes o barcos, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, etc.

No es difícil encontrarnos con personas que aun siguen sin saber exactamente qué son las chatarrerías y qué papel juegan en el medio ambiente. Pues bien, las chatarrerías no son más que aquellos lugares destinados a almacenar, clasificar, vender o comprar la chatarra, así como a valorizar los residuos para aplicaciones posteriores.

Las chatarrerías tienen como función principal la clasificación del material recogido o que se recibe directamente en sus instalaciones, para así poder determinar el tipo de metal y la aleación del mismo. Una vez hecha esta clasificación, el metal recogido pasa por un proceso de elaboración, donde la chatarra puede ser cortada o prensada en función del tipo de aleación que se desee conseguir.

Es conveniente señalar que la chatarra puede ser dividida en dos grandes grupos. Por un lado podemos destacar la chatarra de metales ferrosos: procedente del hierro y acero; y por otro lado encontramos chatarra de metales no ferrosos: residuos de cobre, aluminio, estaño, plomo, cinc o níquel, entre otros.

Hay que tener muy en cuenta que el principal objetivo que tiene la actividad que se lleva a cabo en una chatarrería es favorecer la prevención en la contaminación de nuestro planeta y ofrecer la máxima calidad en la producción, el transporte, almacenaje y reciclado de la chatarra.