Se consideran peligrosos todos aquellos residuos que están hechos de o contienen sustancias o materiales que suponen un riesgo para el medioambiente y/o la salud humana, así como los envases que hayan contenido este tipo de residuos.

Los residuos peligrosos requieren tratamientos y almacenamiento específicos que deben llevarse a cabo siempre por personal especializado.

Características de los residuos peligrosos

Para que un residuo sea considerado peligroso debe tener por lo menos una de las siguientes características:

  • Inflamabilidad: Estos son residuos con la potencialidad de provocar incendios si se dan una serie de condiciones.
  • Toxicidad: Estos son residuos venenosos que causan daños a los organismos al entrar en contacto con ellos y pueden llegar a ser incluso fatales.
  • Corrosividad: Esta característica es incluye la capacidad de ciertos elementos como ácidos y bases fuertes de oxidar y disolver otros materiales.
  • Reactividad: Estos residuos se combinan rápidamente con los del medio (por ejemplo, agua), causando algún tipo de reacción tóxica que puede ser imprevisible.
  • Radiactividad: Estos son los más peligrosos puesto que pueden causar enfermedades muy graves como cáncer o leucemia y además atraviesan casi cualquier materia.
  • Explosividad: Estos residuos son susceptibles de causar explosiones espontáneas.

Cuáles son residuos tóxicos

Existen miles de ejemplos de residuos tóxicos. Sin embargo, algunos de los más reconocibles son los siguientes:

  • Desechos biológicos. Dentro de esta categoría entran los deshechos médicos. Aunque muchos de ellos pueden ser reutilizados tras recibir una descontaminación con radiación, otra gran parte debe ser desechada.
  • Pilas y baterías. Las pilas funcionan en base una serie de reacciones químicas entre ácidos y metales pesados. Estos deshechos son muy peligrosos para el medioambiente y su almacenamiento es complejo.
  • Desechos de plantas nucleares. El principal inconveniente de estos residuos es que su alta radiactividad obliga a guardarlos en envases de plomo que se oxidan con más rapidez que otros metales.
  • Petróleo y afines. El petróleo no se disuelve en el agua y puede producir graves catástrofes medioambientales si su transporte y almacenamiento se lleva a cabo de manera pobre.
  • Aceites combustibles usados. Aunque son fácilmente reciclables, se consideran peligrosos por su inflamabilidad y reactividad.
  • Limaduras de hierro. A pesar de que se oxida rápidamente, el hierro es un material muy reactivo que al entrar en contacto con el entorno puede producir reacciones químicas difíciles de predecir.