En la actualidad, las demoliciones se han convertido en algo muy común en el ámbito de la construcción. Tal es el caso, que hoy en día es cada vez más frecuente llevar a cabo este tipo de trabajos para poner en marcha nuevos proyectos de obras e ingeniería.

Es cierto, que muchos de nosotros al hablar de demolición, ésta nos lleva a pensar que se trata de un proceso sin control en el que el único fin es el derribo de infraestructuras.

Sin embargo, las demoliciones presentan numerosas formas y características dependiendo del lugar en el que se vaya a llevar a cabo, los materiales y herramientas empleados y el sistema de control que se pretenda establecer.

Por todo ello, hoy vamos a centrar nuestro discurso en las demoliciones técnicas, las cuales han ido ganando cada vez más importancia en el terreno de la construcción, llegando incluso a desplazar a las demoliciones tradicionales, relegándolas a éstas a un segundo plano.

Este tipo de demolición se trata de una demolición controlada en todo momento, realizada por herramientas de diamante tales como hilo, disco, coronas, entre otros.

Las ventajas que presentan este método de trabajo con respecto a otras formas de demolición son varias, entre las que podemos destacar en primer lugar el impacto de ésta frente a los trabajadores y al medio ambiente.

Gracias a la demolición técnica el trabajador controla la máquina por control remoto, con lo cual el operario tiene menos riesgos, eso sí, siempre deberá estar provisto de los equipos de protección adecuados.

Además, en este tipo de demolición el impacto con respecto a ruidos, polvo y escombros es mucho menor. Al tratarse de una demolición controlada, nosotros vamos a decidir lo que queremos derribar en cada momento.

Por último, es conveniente señalar que en este tipo de demolición, es decir, en la demolición técnica, el daño estructural que produce se ve claramente reducido, a diferencia de lo que genera la demolición tradicional, ya que no produce vibraciones, disminuyendo así el riesgo de fisuras.