Hemos hablado mucho en anteriores artículos sobre el fibrocemento, pero en este artículo, y especialmente para quienes no estén muy introducidos en estos temas, vamos a explicar un poco qué es exactamente este tipo de material.

 

El fibrocemento es una mezcla de dos tipos de materiales, el cemento Pórtland y fibras de refuerzo.

El Pórtland es un cemento hidráulico, el cual, cuando se mezcla con determinadas fibras de acero, forma una masa muy resistente, que es conocida también con el nombre de hormigón.

En cuanto a las fibras de refuerzo, antiguamente eran fabricadas con una gran base de amianto. Dichas fibras, conocidas también con el nombre de asbesto, están compuestas por un mineral que, al ser tratado, forma las mencionadas fibras flexibles, las cuales se comenzaron a utilizar para erigir edificios, naves o similares, cuando se detectó que tenían una alta resistencia a la combustión.

 

Tiempo después, por parte de organismos médicos,  se descubrió que el amianto era un material altamente cancerígeno, como todos sabemos actualmente, y se dejó de utilizar en la fabricación del cemento Pórtland. A partir de ese momento, en concreto a mediados de la década de los 80, se incorpora como ingrediente para la fabricación del fibrocemento, el crisolito, al que se le da también el nombre de “amianto blanco”. El crisolito es una piedra de silicato natural que lleva una mezcla de magnesio y hierro, siendo su color verde claro.

 

En el año 2002, se prohíbe en España cualquier tipo de fabricación de material de construcción que tenga entre sus ingredientes, ya sea de manera parcial o total, el material “amianto”.

 

En la actualidad, el fibrocemento se fabrica con la mezcla del mencionado cemento Pórtland y fibras de vidrio, siendo imposible al día de hoy encontrar materiales construidos con la antigua composición. La mezcla actual ya no tiene ningún tipo de efecto nocivo para el ser humano, ofreciendo en cambio mucha más resistencia que los materiales antiguos que se fabricaban con amianto.

 

El fibrocemento se usa para fabricar diversos tipos de placas, ya bien sean onduladas o lisas, así como también tubos y tuberías a presión, entre otros. Con ellos se edifican cobertizos, granjas, tuberías, naves provisionales, etc. Dado que es un material muy impermeable, se utiliza asimismo en diversos tipos de cubiertas para proteger tanto del sol como de las lluvias.