La prensa hidráulica fue inventada por el filósofo y matemático Blaise Pascal en el siglo XVII. Se trata de un mecanismo construido con vasos comunicantes, los cuales se impulsan por pistones de agua. Pascal creó esta prensa  sobre un principio físico, según el cual, si se ejerce una presión a un líquido depositado o contenido en un recipiente, éste se transmite en todas las direcciones con la misma intensidad.

En la actualidad, estas maquinarias se utilizan para un gran número de aplicaciones, entre las cuales podemos enumerar el amarre, la presión, la asignación de fechas o corte y el apilado.

Debido a la gran fuerza que pueden generar las prensas hidráulicas, éstas deben de ser usadas y manipuladas por personal altamente cualificado para ello.

A pesar de las características tan dispares de los diferentes trabajos que pueden realizar las prensas hidráulicas, no son muchos los tipos de modelos que existen. Algunos de los modelos de prensas hidráulicas que podemos encontrar actualmente son los relacionados a continuación:

 

Prensas de taller

Estas maquinarias son utilizadas en naves industriales, en las que es preciso utilizar maquinaria de alto tonelaje. Existen entre ellas dos modelos de máquinas, las llamadas de revolución completa y las de revolución parcial.

 

Prensa de tipo pillar

Este tipo de maquinaria permite que el operador pueda trabajar en un amplio campo dentro de las posibilidades que ofrece la máquina, utilizándose la misma tanto para el moldeo de caucho como para otros tipos de moldeos. Estas prensas pueden generar hasta 1000 toneladas de presión.

 

Prensas de Marco C

Estas máquinas reciben este nombre sencillamente por tener esta forma, y pueden generar hasta 300 toneladas de presión.

 

Prensa de Marco H

Estas prensas hidráulicas se utilizan para un gran número de trabajos, como puede ser, por ejemplo, para las tareas de perforación, el doblado o el prensado. Pueden generar hasta 1.500 toneladas de presión.

 

Prensas para laminado

Estas prensas se utilizan para trabajos que tengan que hacerse de manera manual, contando con dos placas, una de las cuales sirve para refrigerar y la otra para calentar. Se emplean comúnmente para los laminados de las tapas de los libros o de tarjetas de identidad.