El campo de la demolición abarca todo aquello que haya sido construido. Esto genera un amplio abanico de tipos de demolición, pudiendo encontrarnos con las más conocidas como viviendas, colegios, hospitales, fábricas, etc., o con otras menos habituales como silos, depósitos, puentes, así como todo tipo de estructuras.

Cuando hablamos de demolición, mucha gente proyecta mentalmente la imagen de una gran máquina que lleva enganchada una bola enorme, la cual oscila e impacta sobre un edificio, derrumbándolo en el acto. Este método de demolición, además de no ser tan rápido como en los dibujos animados, está obsoleto a día de hoy, además de ser peligroso, puesto que la bola no es 100% controlable, existiendo el riesgo de que se enganche a la estructura que estás demoliendo y ésta arrastre bola y máquina.

A día de hoy, en una demolición, se procura realizar todo el trabajo posible con maquinaria, evitando el trabajo manual, pero no con bola. La mayor parte de las demoliciones mecánicas se realizan con máquinas retroexcavadoras, a las cuales se les acopla un implemento en función de las necesidades del derribo, pudiendo variar éstos entre cizallas para los distintos tipos de estructura, martillos hidráulicos o incluso cazos para la carga a camión de los residuos generados.

Hay que tener en cuenta que los derribos generan una cantidad importante de residuos de toda índole, aspecto a tener en cuenta ya que son una variable muy importante en el coste de la demolición.

A continuación te mostramos un vídeo de una de nuestras demoliciones.

 

 

Pero, ¿qué pasos previos hay que realizar para poder comenzar un derribo?

Para poder demoler una edificación o cualquier tipo de estructura, lo primero que hay que hacer es contratar a un técnico competente (arquitecto o arquitecto técnico, ingeniero o ingeniero técnico) para que realice y vise el proyecto de demolición del elemento en cuestión.

 

Este proyecto de demolición constará de los siguientes documentos:

  • Memoria.
  • Pliego de Condiciones.
  • Planos.
  • Presupuesto.
  • Estudio de Seguridad y Salud (puede ser un estudio básico de Seguridad y salud, en función de varios condicionantes)
  • Estudio de Gestión de residuos.

 

Una vez visado el proyecto, hay que solicitar una licencia de obra en el ayuntamiento correspondiente. Cada ayuntamiento tiene su normativa particular en cuanto a solicitud de documentación, la cual suele encontrarse en su página web. Es muy recomendable consultarla antes de ir a tramitar la licencia. Te evitarás viajes.

Por la tramitación de la licencia de obra, el ayuntamiento cobrará una tasa. El importe de esta tasa suele ser un porcentaje del presupuesto de ejecución material, el cual como hemos indicado con anterioridad es un documento integrado en el proyecto.

Probablemente, también tendrás que depositar una fianza correspondiente a la correcta gestión de los residuos que se generen. Esta fianza se calcula en función de la estimación de la cantidad de residuos indicada en el estudio de gestión de residuos, el cual también es un documento integrado en el proyecto.

Realizados pagos y trámites, y tras el estudio por parte del ayuntamiento de la documentación presentada, el ayuntamiento otorga la licencia de obras. Esta licencia, además de permitir la demolición de la edificación, suele tener unos condicionantes, entre los cuales suelen encontrarse la desratización de la edificación (para lo cual tienes que contratar a una empresa autorizada), clausura de acometidas de agua, vertido y retirada de instalaciones / telecomunicaciones, así como arreglo y protección de medianiles caso de haber.

Ya tienes la licencia en la mano. Ahora a por la obra. Pero antes de ello, tienes que designar a una dirección facultativa, la cual suele ser la persona que haya hecho el proyecto, aunque también puede ser otro técnico competente, a elegir por tu parte.

 

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Una vez obtenida la licencia de obra tendrás que haber contactar con una empresa que haga la demolición. Esta empresa compobará si efectivamente hay o no elementos de fibrocemento, productos químicos (fuel, gasóleo, etc), depósitos contaminados por estos elementos, si la edificación está aislada o no, si hay que hacer parte de demolición manual y otra parte con medios mecánicos, si llega hasta el lugar la maquinaria (según gálibo de túneles, pesos máximos de puentes, etc.), si la edificación tiene mobiliario, basura, etc. o no, distancia a la escombrera más cercana, canon de vertido, si hay estructuras metálicas, sótanos por debajo de solera… En resumen, factores que modifican el presupuesto. También deberás indicarle si quieres que demuela la parte aérea de la edificación o si quieres que retire también la solera y cimentaciones de la misma.

Antes de que comience el derribo, habrás tenido que contactar con las compañías suministradoras de agua, electricidad, gas, telefonía, alumbrado público o cualquier otra que dé suministro a tu casa o discurra por la fachada de la misma para que desconecten las instalaciones.

Caso de ser necesario igual hay que solicitar permiso para vallado, cortes de calle o de carretera, según sea el caso. Hablando de permisos, si es necesario colocar andamios en la acera para el derribo, también hay que pedirlos al ayuntamiento. Todo esto te lo tiene que indicar la empresa que realice la obra.

Caso de que esta empresa (contratista) subcontrate a otras empresas para la realización de algún trabajo, tendrás que designar a un Coordinador de Seguridad y Salud. Se suele designar como Coordinador de Seguridad y Salud a la persona que has designado como Dirección Facultativa, aunque también puede ser otro técnico competente, a elegir por tu parte.

El Contratista, por su parte, deberá elaborar, en base al Estudio de Seguridad y Salud contenido en el Proyecto de demolición, un Plan de Seguridad y Salud. Este Plan de Seguridad y Salud, se lo debe presentar al Coordinador de Seguridad y Salud (caso de haber), para que lo revise y apruebe o, en su caso, indique las correcciones que hay que realizar.

 

 

El contratista tendrá que ir a Inspección de Trabajo a realizar la apertura del centro de trabajo, para lo cual deberá llevar el mencionado Plan de Seguridad y Salud, la aprobación correspondiente emitida por el Coordinador de Seguridad y Salud, un modelo de apertura de centro de trabajo rellenado y firmado por él y un libro de visitas. Caso de subcontratar partes de la obra con otras empresas, deberá dar de alta un libro de subcontrataciones y ocuparse de que la empresa que contrata tenga toda la documentación en regla.

La dirección facultativa por su parte, deberá tener un libro de órdenes expedido por su colegio profesional, mientras que el Coordinador de Seguridad y Salud deberá tener un libro de incidencias para la obra, expedido por su colegio profesional. Todo esto si no hay fibrocemento por medio. El fibrocemento es conocido tradicionalmente como uralita, por ser esta empresa uno de los mayores fabricantes de este material. Caso de haber, únicamente puede retirarlo una empresa especializada, inscrita en el R.E.R.A. (registro de empresas con riesgo de amianto), previa presentación a las autoridades correspondientes de un Plan de Trabajo, de este tema hablaremos en otro post.

Realizado todo este protocolo, ya puede comenzar la obra.

Una vez finalizada la obra, el contratista tendrá que entregarte los certificados correspondientes a la gestión de los residuos resultantes de la demolición. Con estos certificados, podrás ir al ayuntamiento para que te devuelvan la fianza depositada, caso de que te la hayan pedido.

 

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Por su parte, la dirección facultativa deberá expedir un Certificado de final de obra y visarlo. Es posible que el ayuntamiento una vez finalizada la obra, te obligue a vallar la parcela, lo indicará en la licencia de obra.

Así de primeras y por escrito, todos estos trámites parecen más complicados de lo que realmente son.

Finalmente, sólo recomendarte que contratar estos trabajos con empresas especializadas y que dispongan de los medios adecuados, te evitarán muchos quebraderos de cabeza, tiempo y dinero.