Los residuos peligrosos son materiales o productos que pueden verter al medio ambiente sustancias tóxicas una vez desechados.

La manipulación y vertido incorrecto de los residuos peligrosos puede liberar al medio ambiente sustancias que resultan peligrosas para los organismos vivos (flora, fauna, personas). Por ello la normativa básica sobre residuos establece la obligación de gestionarlos adecuadamente: identificación, segregación, almacenamiento correcto y entrega a una empresa autorizada para su gestión.

Las claves para llevar a cabo un buen reciclaje de los residuos peligrosos son las siguientes:

En primer lugar hay que señalar que el adecuado manejo de los residuos peligrosos debe realizarse por empresas que cuenten con personal debidamente capacitado y con equipos y la tecnología necesaria para hacer un adecuado manejo y gestión de estos residuos, evitando el riesgo para la población y el ambiente. El manejo inadecuado de los residuos peligrosos representa importantes riesgos al ambiente y a la salud de la población.

Hemos de señalar que la procedencia de este tipo de residuos es casi exclusivamente de la industria química pesada, la agroindustria (pesticidas), la industria forestal (persevantes), la gran minería (elementos tóxicos extrínsecos) y los hornos de fundición asociados a la minería cuya tasa de emisión de contaminantes a los biotopos son altísimas.

Posteriormente, debemos informarnos sobre la cantidad y tipo de residuos generados en la empresa. Además hemos de garantizar que el riesgo de exposición a residuos peligrosos está incluido adecuadamente en la evaluación de riesgos.

El tratamiento de este tipo de residuos también es clave. El tratamiento consiste en someter a cierta clase de residuos peligrosos a una serie de reacciones químicas y físicas para convertirlos en sustancias inertes, realizando co-tratamientos previos a la deposición en un depósito de seguridad construido de modo semejante al de los residuos domiciliarios pero reforzado en algunos aspectos técnicos. La gestión final o cierre del depósito es algo diferenciado a aquel que está destinado a los domiciliarios.

Para finalizar, tenemos que hacer un seguimiento sobre el cumplimiento de las obligaciones legales de la empresa en relación a los residuos peligrosos:

  • Identificarlos y caracterizarlos adecuadamente.
  • Etiquetarlos y almacenarlos adecuadamente.
  • Regularizar administrativamente la producción residuos mediante la correspondiente autorización o registro.
  • Disponer de un libro-registro de los residuos peligrosos producidos y presentar anualmente, cuando corresponda, una declaración ante la Administración competente.
  • Organizar un sistema de recogida y segregación dentro de la empresa.
  • Concertar la gestión de los residuos con una empresa autorizada.
  • Reducir y minimizar la producción de residuos: elaborar planes de minimización en caso de ser un gran productor de residuos, esto, es, si genera más de 10 toneladas al año de residuos peligrosos o genera residuos de elevada toxicidad.