Las empresas especialistas en demolición tanto en Navarra como en el resto de España, se han visto obligadas en cierta medida a ser ecológicas. Ahora no es cuestión de elección o de concienciación, sino que más bien, podemos afirmar que se trata de una especie de imposición, pero una imposición bastante coherente.

Esto se debe en gran medida a la implantación de numerosas leyes y normativas reguladoras de esta actividad tales como la ley 26/2007, de 23 de octubre, de Responsabilidad Medioambiental, el Real Decreto 105/2008 o la futura ley de Residuos y Suelos Contaminados, los cuales, han consolidado el camino para la protección y el respeto hacia el medioambiente.

De esta forma, podemos decir, que este tipo de empresas han evolucionado hacia una concepción integral de la demolición entendiéndola como deconstrucción. Al hacer referencia a la deconstrucción nos referimos al conjunto de procesos y aplicaciones orientados a la recuperación, clasificación, reutilización de materiales y espacios constructivos.

Sin embargo todo esto que venimos hablando hasta ahora no se trata de un proceso fácil y sin complicaciones, sino que se trata de una técnica la cual  supone un grave problema económico, ya que la correcta gestión de los residuos de construcción y demolición generados en la obra supone un gran esfuerzo económico.

Si bien es cierto, que hacer una correcta clasificación y separación de los residuos es recomendable, no solo por aprovechamiento final, sino también por el beneficio al medio ambiente que ello supone y porque además, reduce el volumen de residuos sobrantes de la ejecución. Pero la inversión que hay que llevar a cabo para poner en marcha todo este proceso es muy grande, haciendo que las empresas de demolición no perciban un beneficio inmediato.

Como ya hemos mencionado, las técnicas para aprovechar los residuos y hacerlos útiles son muy costosas, y las empresas cada vez tienen menos recursos económicos y más deudas que afrontar. Esta situación está dando lugar a que sean cada vez menos las empresas que se dediquen a esta actividad, las cuales, tienen que hacer un sobreesfuerzo descomunal con el fin de desarrollar su actividad manteniendo el entorno, cuidando la naturaleza y a su vez gestionando y valorizando los recursos.